domingo, 30 de mayo de 2010

Picnic Extraterrestre



Desde los tiempos de Manolo Díaz, ningún músico español de había atrevido a hacer algo tan marciano, tan sólido y al mismo tiempo tan real, como el gallego en su nuevo álbum. "Picnic extraterrestre"

Iván se baja del escenario de Joy Eslava, donde ha provocado el paroxismo, cruza la calle, se mete en un Starbucks y es un chico completamente normal. Nadie le cede su sitio en la cola. Pero yo sé que es una estrella, por eso dejo que me invite y que me hable de lo que quiera..

Tu disco, que parece grabado en un megaestudio, con orquesta, ha salido de tu habitación...
Se grabó todo en mi casa, la mayor parte del curro entre Pablo Nóvoa, Amaro [Ferreiro] y yo. Hay mucho sonido "de mentira", incluso hay melotrones que no son melotrones, pero en el fondo eso tiene sentido, por que grabar un disco es crear una ilusión, es un truco de magia. Un oído es una cosa de puta madre, tiene un mecanismo muy complejo, pero a un micrófono le puedes engañar, crear algo donde no lo hay.
Me gusta que hayas recuperado tu veta de amante de la canción melódica española clásica.
Creo que una de las cosas por las que me fascina es por que el español le da una dureza a la canción melódica que no tienen en otros idiomas... En castellano las cosas apasionadas son mucho más apasionadas. Y quería hacer algo que fuera realmente apasionado.
Y cinematográfico.
Nosotros queríamos hacer una gran obra, casi de ciencia-ficción, pero sin dinero para los efectos especiales. Como los directores de los años setenta, que tenían que improvisar con lo que tenían y el efecto era fascinante... Este disco, a su manera, es como Solaris, como Stalker, como La Jetée... Queríamos que sonara nuevo y viejo a la vez. No sé, nosotros hemos disfrutado como cerdos.
¿Os resultaba tan irreal como cuando lo escuchas la primera vez?
Queríamos que el mundo de la ensoñación, de lo irreal, se notara mucho, en el que las cosas duraran lo que tienen que durar, como los besos, que no pueden durar ni medio segundo, que no son nada, sólo un gesto, ni siete minutos, en que ya no son besos, son algo... Repugnante, ¿no? Para poder contar ciertas cosas necesitas el tiempo y el ambiente justo, y como los besos, lo mejor es que parezca que no tienen un principio ni un final.
¿Cómo se lo tomó el público al estrenarlo en directo?
Queríamos darnos el lujo de forzar la situación, soltarlo todo de golpe. En ese momento hay muy poca capacidad de sorpresa, con YouTube va todo a toda hostia. Darle el lujo a alguien de que no sepa lo que va a ver, es importante. Los dos primero días la gente estaba muy atenta, pero con ganas de escuchar lo de siempre. El último día fueron mucho más receptivos... Pero desde arriba todo se ve con un punto de vista subjetivo, optimista... y esperanzador.
¿Has llegado a ese punto en el que tienes más espectativas sobre ti mismo que tu propio público?
No, no creo. En el fondo creo que la gente que me sigue me exige que busque cosas, me lo pide de una manera silenciosa, respetuosa, pero lo hace. Creo que tengo un público capaz de perdonarme si me equivoco, que lo he hecho a veces, pero no me perdonaría que no lo intentara. Es como tener una especie de bombona de confianza artificial.

Entrevista a Iván Ferreiro extraída de la revista Rolling Stone, por Darío Vico.

El nuevo álbum "Picnic extraterrestre" de Iván Ferreiro ha sido editado por Warner en 13 de mayo.


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